Cursó la carrera de Historia del Arte en la Universidad Complutense de Madrid al tiempo que estudiaba fotografía en el Centro de Enseñanza de la Imagen.
Aunque usaba al ser humano en algunas de sus primeras obras, desde la década de los noventa, Chema Madoz ha centrado su trabajo en la fotografía de objetos, a los que modifica o acentúa alguna cualidad. Madoz se considera un escultor de objetos que trabaja desde el punto de vista de un fotógrafo y utiliza la fotografía como registro de la memoria.
Al igual que Erlich, trastoca la realidad, usa los elementos de la cotidianeidad, las reinventa. Me interesan los objetos rutinarios.
"¿Qué es lo que me empujó hacia el objeto? Empecé en los noventa buscando un tipo de imagen con el que me identificase y desde entonces siempre ha habido un hilo conductor",
"Con el color siempre puedes datar una imagen, pero el blanco y negro es más intemporal. Además, es una reelaboración de la realidad. Al carecer de color, las imágenes pertenecen a un territorio distinto que tiene que ver más con lo imaginario".
La fuerza de las imágenes de Madoz hace que sea de uso frecuente en portadas de libros o revistas así como en publicidad. Aquí, se utiliza la idea de una de sus obras para un anuncio de ayuda a personas sin hogar a cargo de una agencia israelí.
Al igual que Erlich, trastoca la realidad, usa los elementos de la cotidianeidad, las reinventa. Me interesan los objetos rutinarios.

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